Estamos en noviembre, pero en la isla de Fara la temperatura ronda los 32 grados y sigue subiendo. Subiendo de forma alarmante. Un vagabundo es encontrado incinerado por una combustión espontanea debida al exceso de calor y se descubren ovejas en las mismas condiciones. Reina el caos eléctrico, ya que la intensidad del calor hace explotar los televisores y falla la comunicación telefónica. Los habitantes quedan atrapados en sus hogares. Pero el descubrimiento de criaturas que irradian un calor intenso provoca un horror aún mayor, ya que todos los intentos de detener el avance de las criaturas fracasan. Ni siquiera la dinmita puede detenerlas...