En 1978, en una casa del País Vasco, un hombre y una mujer recuerdan el pasado. En 1973, él y tres hombres más formaban un comando cuya misión era secuestrar al almirante Carrero Blanco para intercambiarlo por presos políticos. Sin embargo, cuando estaban a punto de cumplir su objetivo, Carrero fue nombrado presidente del Gobierno y los planes cambiaron.
El hombre sigue siendo partidario de la lucha armada mientras que sus antiguos correligionarios creen que ha llegado la hora de seguir los cauces democráticos.