En 1941, el sacerdote polaco Maximilian Kolbe fue arrestado por los nazis. Sería recluido en el campo de concentración de Auschwitz. Con motivo de la fuga de un prisionero, los nazis escogieron a varios hombres al azar, para ser ejecutados y desalentar nuevas escapadas. Cuando uno de los prisioneros
elegidos, padre de familia, suplicó por su vida pensando en los suyos, Kolbe se ofreció voluntario para sustituir a ese hombre. Juan Pablo II canonizó a Kolbe en 1982, proponiéndolo como mártir de la caridad.