A Puerto Gala, un pequeño pueblo de pescadores del sur de Chile, viajan buzos, pescadores, comerciantes, prostitutas y hombres de negocios buscando fortuna con la venta de un valioso producto. Es el loco, un molusco en peligro de extinción muy apreciado por los millonarios japoneses por sus propiedades afrodíasacas. Su veda se levanta unos pocos días al año, despertando una fiebre comparable a la legendaria Fiebre de Oro.