Anna, Georg y su hijo Georgie acaban de empezar las vacaciones en su bonita casa a orillas de un lago. Fred y Eva son sus vecinos. Las dos parejas quedan para jugar al golf al día siguiente. Mientras Anna prepara la cena esa noche, en la casa aparece Peter, un joven muy educado, huésped de sus vecinos, que le viene a pedir que le preste huevos porque a Eva no le queda ninguno. Anna se apresura a dárselos, cuando de pronto se pregunta cómo ha podido entrar en la casa.