Eun-ha es una conductora de chatarra que, en secreto, se encarga de repartir pedidos inusuales. Cuando se dirige a Seúl para recoger a un cliente involucrado en un delito de apuestas se encuentra en su lugar al hijo pequeño de este. Eun-ha tendrá que proteger al niño de un policía corrupto que lo persigue por tener la clave de seguridad de una cuenta bancaria con 30 millones de dólares.