En la segunda mitad el Siglo XVI, Sevilla era la metrópoli del mundo occidental. Puerta de acceso de América en Europa. Ciudad donde la riqueza florecía con facilidad gracias al comercio internacional, al oro, la plata a la convivencia de nacionales y extranjeros: cristianos, judíos conversos, moriscos, esclavos, libertos, pícaros, ladrones, prostitutas, nobles y plebeyos. Pero también era una ciudad de sombras por la desigualdad, las hambrunas y epidemias.
En medio de un brote de peste, varios miembros destacados de la sociedad sevillana aparecen asesinados. Mateo, condenado por la Inquisición, debe resolver esta serie de crímenes diabólicos para lograr el perdón del Santo Oficio y así salvar su vida. Una investigación a vida o muerte en un entorno de represión pública y hedonismo privado de misticismo y caos de conventos relajados y burdeles reglamentados de cárceles como escondite de hospitales como tumbas de traiciones y lealtades.