Principios del siglo XVIII. Inglaterra está en guerra con Francia. Aun así, las carreras de patos y el gusto por la piña florecen. La frágil reina Ana (Olivia Colman) ocupa el trono y su amiga íntima, Lady Sarah Churchill (Rachel Weisz), gobierna el país en su lugar mientras se ocupa de la mala salud de Ana y su volátil temperamento. A la llegada de una nueva criada, Abigail Masham (Emma Stone), el carisma de esta se gana la simpatía de Sarah, que se convierte en su protectora y por su parte, Abigail ve en ello la posibilidad de regresar a sus raíces aristocráticas. A medida que la política de la guerra consume gran parte del tiempo de Sarah, Abigail llena el vacío que esta deja como compañera de la Reina. Su creciente amistad le brinda la oportunidad de cumplir sus ambiciones y no permitirá que ninguna mujer, hombre, política o conejo se interponga en su camino.