Tras varias advertencias, Ade echa de su casa a su amiga Pepa, quien termina viéndose en la calle junto a Leila, su hija de seis años. Sin nadie que las ayude, Pepa y Leila lucharán solas para encontrar un lugar donde vivir. Enfrentándose a cada obstáculo, emprenderán una búsqueda que conllevará, también, un acercamiento dentro de su relación antes prácticamente inexistente. Se creará un nuevo vínculo entre madre e hija, donde tendrán cabida las equivocaciones y la desidealización.