En Palestina, en el siglo II antes de Cristo, Antíoco, un gobernante sirio, regía sobre el pueblo de Israel probando su fe e imponiendo las costumbres y prácticas religiosas del Helenismo. Tienen que adorar y aceptar los dioses griegos... o morir! Algunos se someten, pero no los Macabeos, un grupo pequeño que permanecen fieles a la fe de sus antecesores. Muchos pagan con la vida su fidelidad a la fe, lo que conduce al sacerdote Matatías a convocar a la guerra santa y a refugiarse en las montañas, con sus cinco hijos y un grupo de judíos fieles. Así encabeza un levantamiento popular, para recuperar su territorio.